Lissa había viajado hasta San Vittorio para descubrir sus raíces italianas y para recuperarse de un desengaño amoroso. Allí se encontró con un pequeño herido... que tenía un padre que dejaba a las mujeres sin habla. Matt Aldarini, un atractivo médico de urgencias, no pudo hacer otra cosa que agradecer con toda sinceridad que aquella bella enfermera le hubiera salvado la vida a su hijo.
Él, a cambio, le curó el corazón a Lissa... ¡pero solo para rompérselo de nuevo! Después de que su esposa lo abandonara, Matt no podía arriesgarse a volver a ser vulnerable, no podía dejar que volvieran a hacerle daño, a él o al pequeño Taddeo. Lissa tuvo que dar un paso decisivo y volver a Inglaterra; pero, una vez allí, se dio cuenta de que había dejado el corazón en Italia.